En la casa del mañana
3 de mayo de 2025
Kendra Balmer, Michael Blaakman, Sonja Bontrager, Alan Bush, Iris Chan, Daya Deuskar, Julie Frey, Walker Gosrich, Matt Hall, Amy Hochstetler, Elissa Kranzler, Hank Miller, Erina Pearlstein, Rebekah Reddi, Julie Reust, Joe Rim, Jordan Rock, Melinda Steffy, Brett Watanabe, John Whelchel, Ben Willis, Caroline Winschel, Michele Zuckman
Ysaÿe M. Barnwell, “Sobre los niños”
Bobby McFerrin, “El 23o salmo”
Juhi Bansal, “El miedo (Convertirse en el océano)”
Dale Trumbore, “La llamarada”
Ēriks Ešenvalds, “Sólo en el sueño”
Michael Bussewitz-Quarm, “Nigra Sum”
Samo Vovk, “Ta na Solbici (Así bailamos en Resia)”
Veljo Tormis, “Lauliku lapsepõli”
Tradicional japonés adaptada por Paul Smith, “Canción de cuna de Edo”
Tarik O’Regan, “Girar”
Sarah Quartel, “Cante, mi niñe”
Ysaÿe M. Barnwell, “Somos . . . “
Notas sobre el programa
Se reconoce que no todas las personas encajan bien en las categorías de masculina o femenina. Por lo tanto, usamos el lenguaje inclusivo, por ejemplo “les cantantes” en vez de “los cantantes” o “las cantantes.”
Sobre les niñes
La primera composición publicada de la compositora y educadora estadounidense Dra. Ysaÿe M. Barnwell, “On Children” (en español “Sobre les niñes” ) sirve como nuestra invocación de apertura, con sus ritmos sencillos y propulsores, y su estructura homofónica del himno góspel. El texto, adaptado de un extracto de El profeta del poeta libanés-estadounidense Gibrán Khalil Gibrán, también nos proporciona el título de hoy, con el oráculo titular explicando que las almas de les niñes “habitan en la casa del mañana, que vosotros no podéis visitar, ni siquiera en vuestros sueños.” Aunque el poema extractado frecuentemente se distribuye como consejos para la crianza, su presentación dentro de El profeta se plantea más ampliamente como guía para todes les miembros de la comunidad, junto con meditaciones igualmente profundas sobre la amistad, los conceptos del bien y el mal, el tiempo y la mortalidad.
Para que quede claro, esto no es realmente –o no sólamente – un concierto sobre les niñes. Aunque bromeamos sobre celebrar el decimoquinto aniversario de los Chestnut Street Singers con un programa que nos evoque como adolescentes, una pura convicción moralista y moda cuestionable, nos encontramos en cambio, sintiéndonos más centrades y animades por el crecimiento del coro desde nuestra fundación en 2010 y por nuestro entendimiento, cada vez más profundo, de cómo darle vida a esta faena de creación de música colaborativa. Hemos tenido la fortuna de descubrir que trabajar juntes para dar forma a nuestros ideales en tiempo real y aprender mientras avanzamos no es sólo un aprendizaje extraordinario sino también uno de los objetivos principales para este conjunto, no sólo en el momento de su fundación hace quince años, sino también ahora en este aniversario.
Así que, el concierto, al igual que este conjunto, trata de ese viaje. Se trata de ese compromiso de invertir en algo que no podemos controlar, de aprender a confiar en nosotres mismes a lo largo del camino, y de–como la madre de una cantante caracteriza la crianza de los hijos–aferrarse con las manos abiertas. Nos sentimos honrades, no sólo de estar en este punto en nuestro propio crecimiento, sino también de utilizar esta celebración como oportunidad para invertir en el crecimiento de otres, ya que el programa de hoy beneficia a The Attic Youth Center y a Juntos, dos organizaciones extraordinarias de Filadelfia dedicadas a apoyar a les niñes y jóvenes de nuestra comunidad.
Lo que Gibrán insinúa es que nuestra responsabilidad compartida sobre el futuro puede haber inspirado la musicalización por Barnwell y haberse reflejado en la primera interpretación de la obra. En noviembre de 1980, Sweet Honey in the Rock, el venerable conjunto afroamericano a capela en el que cantaba Barnwell durante décadas, incluyó “On Children” en su concierto titulado Good News en Washington, DC, que se grabó en vivo y se convirtió en el tercer álbum del grupo. El resto del concierto de 1980 incluyó muchas canciones con comentarios más explícitos sobre las cuestiones políticas y sociales de la época, y sería fácil interpretar “On Children” como una pieza intencionalmente atípica o incluso algo para aliviar la intensidad del programa.
Sin embargo, más temprano en el concierto, la fundadora de Sweet Honey, Bernice Johnson Reagon presentó su pieza titular con un llamado a la acción que vemos reflejado no solamente en el poder profético de los versos de Gibrán, sino también en nuestras intenciones hoy: “Son buenas noticias cuando rechazas las cosas como son, cuando dejas el mundo como es y asumes la responsabilidad de moldear tu propio camino – esas son buenas noticias. Todo el mundo habla de la música negra espiritual y dicen ‘Ay Señor, ¡los negros están cantando sobre ir al cielo!’ No, este mensaje es para ustedes hoy. . . .No dicen que son buenos tiempos, dicen que son buenas NOTICIAS. Son tiempos difíciles cuando decides recoger tu propia cruz. Te van a dar duro si no lo haces como dicen que lo hagas, pero cuando te olvidas del mundo y te pones tu cruz al hombro, eso es— –” Aquí pausó, invitando a ese público de hace tanto tiempo a que responda: “¡BUENAS NOTICIAS!”
El 23o salmo
“The 23rd Psalm,” (en español, “El 23o salmo”), que el compositor Bobby McFerrin dedicó a su madre, nos parece igualmente agradable. Continuando con la homofonía hímnica, McFerrin ofrece un ritmo relajado, con una cadencia parecida a la de un discurso que alude la tradición de los cantos anglicanos de su crianza religiosa. Sin embargo, el texto ofrece un cambio sútil pero inmensurablemente poderoso en la tradición, actualizando los versículos trillados del texto bíblico con pronombres femeninos para refundir el concepto del amor incondicional –que a veces puede parecer abstracto incluso para les más devotes – como el de una madre por su hije.
El miedo (Convertirse en el océano)
Ya sea que estemos anclades en el amor, o alimentades por la necesidad de dar forma a nuestro propio mañana, cada uno de nuestros viajes finalmente llega a un punto de inflexión, donde el cansancio en relación al camino hacia adelante detiene nuestro progreso. Originalmente de India y Hong Kong, la compositora contemporánea Juhi Bansal recrea inteligentemente ese arco de la incertidumbre hasta la resolución en “Fear (Becoming the Ocean),” (en español El miedo (Convertirse en el océano)) en la que se les instruye a les cantantes que se muevan a su propio ritmo, “manchando” deliberadamente el sonido mientras se deslizan entre los tonos, fuera de sincronía entre sí. Las capas de llamadas inquietantes de les solistas sopranos urgen al conjunto a seguir adelante, llamando y contrastando con los acordes corales que cambian.
El carácter de la pieza se vuelve más triunfante pero no menos inquietante a medida que el texto llega a su proclamación final, tal vez sugiriendo que enfrentarse al miedo propio no lo elimina. Ese sentido de progreso a pesar de la incertidumbre opera en niveles adicionales en esta pieza: aunque tanto la obra de 2023 como muchas publicaciones de internet atribuyen el texto a Gibrán Khalil Gibrán, parece más probable que fuera transcrito de Beyond Enlightenment (en español, Más allá de la iluminación) una serie de lecciones dictadas en los 1980s por Osho (1931-1990) un místico indio y el fundador del movimiento rajnish.
La llamarada
“Flare” (en español “La llamarada”) por la compositora estadounidense contemporánea Dale Trumbore, nos ofrece una visión mucho más íntima –pero no menos poderosa–del impulso y la ambición. Aquí, nuestro movimiento hacía adelante es explícitamente físico gracias a la estructura de la poesía de Stacy Gnall, donde la frase, “I am running” (en español, “Estoy corriendo”) sirve tanto de estribillo como de promesa. La pieza se desarrolla en destellos brillantes que podemos reconocer de nuestra propia niñez –el cobertizo del verano pasado, el juego de retorcer el brazo del amigo (¡ay!)--pero finalmente converge en un anhelo que muchos llevamos toda la vida: “big brother, I am catching up to you” (en español, “Hermano mayor, te estoy alcanzando”).
Sólo en el sueño
El compositor letón Ēriks Ešenvalds emplea homofonía lozana y un texto sencillo de tres estrofas de la poeta estadounidense Sara Teasdale para llevarnos completamente a un modo nostálgico con “Only in Sleep” (en español, “Sólo en el sueño”). El poema de Teasdale, que narra los sueños de sus amigües de la infancia, se publicó en 1920 como parte de un conjunto titulado “Memories” (en español, “Recuerdos”) dentro de su obra más amplia, Flame and Shadow (en español, Llama y sombra). Por cierto, Flame and Shadow ha sido una bendición para los conjuntos corales; nuestra interpretación más reciente de Ešenvalds, en abril de 2024, incluyó su musicalización de “Stars” (en español, “Estrellas”) de Teasdale, poema que formaba parte del mismo volumen.) La textura resplandeciente y onírica se basa en voces simples y sutiles del coro, con una ornamentación rítmica que repite tanto en la línea melódica como el quejumbroso solo de soprano.
Nigra Sum
Dedicada “a todes los refugiades del mundo y a todes les que están perdides,” la suave y alentadora versión de “Nigra Sum” de Michael Bussewitz-Quarm nos mueve de la autorreflexión al amor propio. Aunque esta pieza nos atraía inicialmente por las formas en que las líneas en cascada de Bussewitz-Quarm aportan una nueva resonancia al texto familiar de El Cantar de los Cantares de Salomón, el viaje de auto-determinación de la compositora se siente igualmente poderoso: a sus cuarenta años, después de una carrera como educadora de música a pesar de una enfermedad física crónica, Bussewitz-Quarm se embarcó en su ambición de toda la vida de componer música profesionalmente y al mismo tiempo empezó a vivir públicamente como una mujer transgénero, una identidad que previamente solamente se conocía por su familia y amigües cercanes. Hoy en día, es una compositora premiada cuyo trabajo aborda problemas sociales y medioambientales urgentes. Su introducción a “Nigra Sum” parece acertada y perdurable: “Que encuentres la paz y que este invierno oscuro pase pronto.”
Ta na Solbici (Así Bailamos en Resia)
Como señala Bussewitz-Quarm, “algunes estudioses creen que Las Canciones de Solomón vienen de un ritual de boda sirio, mientras que otres lo entienden como representación del ‘renacimiento de la vida en la naturaleza.’” Cualquier de las dos interpretaciones se presta bien para “Ta na Solbici” del compositor esloveno Samo Vovk, una representación alegre y energética de una boda en Resia, una comunidad aislada en un valle de los alpes italianos con fuertes vínculos lingüísticos y culturales con la cercana Eslovenia. Con ritmos vivaces de dos-contra-tres extraídos de estribillos folclóricos típicos de Resia, “Ta na Solbici” ofrece alegría de cuerpo entero, en la que la celebración llega a un volumen suficientemente alto como para ahogar el sonido de las campanas cercanas de la iglesia y el río local.
Lauliku lapsepõli
Encontramos la materialización de la música en un estado de ánimo diferente en “Lauliku lapsepõli” de Veljo Tormis, originalmente compuesta para voces agudas y aquí interpretada por el conjunto completo. Profundamente atento a la importancia de la canción folclórica en la cultura estonia, Tornis frecuentemente ha explicado su obra afirmando, “Yo no utilizo la canción folclórica. Es la música folclórica la que me utiliza a mí. Él actúa como una especie de medio para las tradiciones folclóricas de su país, canalizando las tradiciones de regilaul, o runosong, melodías que su pueblo preservó durante generaciones de ocupación extranjera en construcciones modernas fascinantes. Su versión de “Lauliku lapsepõli” refleja las tradiciones musicales de los orígenes de la pieza en el sureste de Estonia, la patria de los antiguos pueblos setu, con le solista acompañade por una segunda voz rítmica para crear una cadena melódica ininterrumpida. El coro detrás de elles crece a acordes resplandecientes, casi de otro mundo que evocan las fuerzas naturales –el brezal, el ave de verano–nombradas en el texto como las guardianas de “muchas canciones.”
Canción de cuna de Edo
“Edo Lullaby” (en español, “Canción de cuna edo”), una canción de cuna tradicional japonesa adaptada aquí por el compositor y director británco Paul Smith, construye una canción de cuna popular muy tierna que hace referencia a la introducción de une niñe a la música. Originaria de Edo, la ciudad actualmente conocida como Tokio, probablemente entre los siglos XVII y XIX, la melodía calma a un niño para que se duerma con promesas de los regalos que recibió de su niñera después de su viaje reciente: un tambor de juguete y una flauta de madera. La melodía pentatónica, que es fundamental para muchas canciones folclóricas japonesas, resulta inquietante por su pregunta sin respuesta: no sabemos si la cuidadora del niño ha regresado para quedarse o si se ha ido para siempre.
Girar
En cambio, “Turn” (en español, “Girar”) de Tarik O’Regan, que musicaliza la traducción al inglés de un poema del escritor holandés Albert Verwey, parece deleitarse en la pregunta sin respuesta: “Ójala pudiera sin saberlo durante siglos / Girar dentro de la inalcanzable rosa radiante.” O’Regan se inspiró para escribir la pieza después de quedar impresionado por un retrato de Verwey, y ese ciclo de creación que engendra creación se refleja en los propios comentarios del compositor sobre la obra: describe su descubrimiento del poema original, que “empieza con este concepto de una chispa sin objetivo, y yo siempre pensé en las artes creativas así: en el mejor sentido, no hay un propósito real–eso es lo que las hace tan mágicas. La pieza es una especie de sentir de movimiento perpétuo, chispas de inspiración y lo que hacemos como artistas volando por el aire sin ir en ninguna dirección en particular, ciertamente, al comienzo, pero . . . un movimiento perpétuo de principio a fin.”
Canta, mi niñe
¿Y cómo podemos salir de ese ciclo, especialmente cuando a veces parece preferible simplemente flotar sin la carga de compromiso y cuidado? Pues, si una charla motivacional musical te sirve, prueba “Sing, my Child” (en español, “Canta, mi niñe”) de Sarah Quartel: la melodía bailable, compuesta mayormente en compás de 7/8 con percusión de acompañamiento, nos impulsa a seguir adelante, con ánimos soleados y miras al futuro. Las interjecciones parecidas a un himno reconocen que los problemas y las preocupaciones son inevitables, dando mayor crédito a la oración final por la paz.
Somos . . .
Cerramos regresando a las obras de la Dra. Ysaÿe Maria Barnwell, quien compuso tanto la música como el texto de “We Are . . . ” (en español, “Somos . . . ”)La poesía toma en cuenta la herencia y la promesa que lleva consigo “cada niñe que nace.” La profundidad se refleja en las líneas vocales, con voces que se basan en las tradiciones percusivas del oeste de África para crear una conversación rítmica y creciente. En su auge, la pieza está densamente texturada con líneas de poesía y percusión que compiten entre sí, pero se estrecha en la conclusión para reafirmar tanto la premisa de hoy como nuestra promesa para mañana: “Para cada niñe que nace, una estrella de la mañana se levanta y le canta al universo quienes somos.”
Notas de Caroline Winschel
Traducción e interpretación al español de COMPA Philly Language Justice Cooperative